Campamento San Javier
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BREVE RESUMEN DE LA FILOSOFÍA DEL CAMPAMENTO

La Misión Trinitaria Seglar tiene como finalidad trabajar con niños y jóvenes ayudando a las familias a modelar en ellos a Cristo de manera que lleguen a ser buenos cristianos y honrados ciudadanos. Para ello hemos comenzado diversas iniciativas apostólicas como reuniones de formación, medios de comunicación, ejercicios espirituales, convivencias, teatro, el campamento de verano San Javier...

Intentamos en cada actividad que realizamos, dar una formación integral abarcando tanto el cuidado humano como espiritual en cada uno de los niños, ayudándoles a desarrollar las virtudes, para que caminen hacia la perfección y puedan llegar un día a ser santos, “sed perfectos como vuestro padre celestial es perfecto” (Mt. 5,48).

Para conseguirlo hay varios pilares fundamentales: uno de ellos lo constituye la “educación diferenciada” ya que estamos convencidos de que a través de ésta podemos llegar mejor a cada niño, respetando y teniendo en cuenta su nivel de maduración, preferencias… Más de cuarenta años de experiencia, el magisterio de la Iglesia y los peligros que actualmente azotan nuestra sociedad nos urgen a seguir fieles a este tipo de educación.

Otro de los pilares es el “sistema preventivo”. Es un sistema que inició San Juan Bosco en sus oratorios y que descansa por entero en la razón, la religión y el amor. El mando o el educador da a conocer las reglas y vigila, habla, guía, aconseja, corrige con amabilidad… como un padre amoroso o un buen amigo, poniendo a los niños y jóvenes en la imposibilidad de pecar, no por sus correcciones como cuanto con su ejemplo.

Por eso, y aquí tocamos una de las actividades más características de nuestro movimiento, durante los campamentos, los mandos viven dedicados las 24 horas del día a la atención de los acampados que tienen a su cargo. Gracias a esta entrega los niños nunca están solos ni desocupados. Por ello, los acampados gozan del privilegio de poder mejorar en su conducta de una forma sencilla y agradable, porque en todo momento notan el aprecio de los monitores, que velan por ellos.

Convencidos de que “un buen portero es un tesoro para una casa de educación”, se vigila para que ni compañías inconvenientes, libros o personas que puedan introducir malos comportamientos y malas costumbres en la vida de los acampados. No se puede dañar a los compañeros, ni pueden ser perjudicados porque no hay tiempo, ni lugar, ni ocasión… Porque el mando pone remedio.

La confesión, la comunión frecuente y la Misa diaria son las columnas que sostienen nuestro edificio educativo, por ello, animamos a cada uno de los niños a que vivan esta práctica de unión con el Señor, sin la cual toda educación fracasa.

Somos conscientes de la ardua tarea que supone la educación y por eso, los jóvenes de Misión Trinitaria Seglar, a través del campamento San Javier nos ponemos al servicio para colaborar con ustedes en la formación de sus hijos, aportando nuestro granito de arena.